VALORACIÓN DE LA TIERRA. Lo primero es evaluar la tierra que se va a producir para establecer las bases de los factores de producción necesarios y de los acuerdos a desarrollar.
ANÁLISIS DE PRODUCTIVIDAD. Se realiza un análisis completo de productividad potencial para establecer la base de la asociación y el aporte de cada uno.
NECESIDADES FINANCIERAS. En conjunto, se evalúan las necesidades y posibilidades financieras y se establece el aporte de capital de cada parte involucrada.
SE ESTABLECE EL PLANTEO AGRÍCOLA y LA DOCUMENTACIÓN. Se establecen las condiciones y características del planteo agrícola y se le pone un valor en dólares por hectárea. Se firman los acuerdos y documentos que avalan el modelo.
INSUMOS. En esta etapa se define quién aportará los insumos que requieran la campaña y en qué porcentaje. 100% de una de las partes o con el aporte equilibrado de ambas
LABORES DE IMPLANTACIÓN Y PROTECCIÓN. Se plantea el plan de campaña y la gestión de los procesos de principio a fin.
COSECHA Y REPARTO. Llegado el momento de la cosecha la producción se reparte en función al aporte previo realizado por cada socio.
LUEGO DE LA COSECHA. Cada parte decide unilateralmente el destino de la producción que le tocó: se puede mantener embolsada un tiempo en el campo, venderla en el acopio cercano o cargarla directamente hacia una industria o un exportador.